11 jun 2009

Del desamor al amor: Cajón de frases, citas, pensamientos y reflexiones (3)






Vivimos en un mundo donde cada vez más los sueños son tachados fácilmente de utopías y descartados por su irracionalidad. Vivimos en un mundo lleno de deprimentes realidades y en nuestra decadencia las ilusiones acaban disfrazándose de ilusorias ridiculeces, y en nuestra ruina las soluciones justas y normales terminan alejándose tanto que tienden a parecer locuras. Llamamos loco al soñador y al justiciero lo condenamos por hipócrita. Centrado y equilibrado será el hombre que sigue las pautas marcadas sin protestar, y al que se aprovecha de los preceptos del juego terminamos admirándolo por poderoso. Toleramos a los que se hunden en la rendición y miramos mal al que se rebela. ¿Qué clase de mundo tenemos?


Los más apasionantes sueños nos elevan, nos llevan volando hacia las nubes. Allí y solo allí los ángeles de la gloria nos acariciarán con un poco de su magia, con un mucho de su ilusión. ¿Cómo vamos a conseguir tal maravilla si nos pegamos a la real tierra?


El tiempo raramente se pierde, y menos aún cuando depende de nuestra voluntad su destino.


Venden diamantes las presumidas conciencias y dejan sus blancos rotos, pues con sus amantes sugestiones no suscriben contratos.


No osas pedir garantías al destino, por muy ducho que seas, pues sabes bien que jamás las recibirías. Y al final, aunque no quieras, cazas lo que te vino, lo abrazas y lo encabes en tu fortuna. Pues aprendiste ya en la cuna que tratar de salir del canal al que el río de la vida te ha llevado no tiene porque ser inteligente.


Cuando mis hijos eran pequeños recuerdo que solía dormirlos en mis brazos. Aunque era cansado me encantaba acunarlos y cantarles aquellas nanas que me inventaba con algunas de mis melodías más queridas. A veces pensaba que ya se habían dormido y seguía teniéndolos un rato. Eran momentos de una ternura suprema y todo mi ser sonreía al contemplarlos. Y entonces ocurría: abrían sus ojitos y me miraban, se aseguraban que yo seguía allí y luego volvían a dormir. Con un suspiro de tranquilidad cerraban su inspección... Que preciosa experiencia... Solo para vivirla ya valía la pena nacer... Porque aquel suspiro le daba un sentido muy especial a mi existencia. Y le sigue dando... Mis hijos han crecido y ya no puedo mecerlos, pero aun siento muchas veces aquel suspiro: en un beso, en un “te quiero papá”, en un abrazo, en una mirada o en un gesto percibo aún periódicamente aquel tranquilo suspiro que dice: “Gracias por estar aquí...” Y es precisamente en eso donde debe radicar la magia del amor que mientras viva quiero ofrecerles. Pasarán los años y tarde o temprano escogerán sus propios caminos, pero quiero que tengan siempre presente que su padre, su papá, su papi, sigue estando allí.


El amor oculta muchos tesoros, preciadas joyas que pueden enriquecer una relación entre dos personas hasta convertirla en excelsa. La libertad es uno de ellos. La confianza debe ser otro… Yo soy libre para amarte y así me debo sentir. El amor no puede ser el pago de nada y nunca se puede tomar como algo obligado, ni en la magnitud ni en la forma. Si lo que siento por mi amada no es suficiente, si lo que muestro y lo que estoy dispuesto a dar no alcanza los mínimos entonces seguramente deberemos empezar a hablar de desamor. Pues si amo de verdad no dejaré lugar para las dudas, para la insegura desconfianza. Si amo de verdad mi pareja no precisará más explicaciones que las que le den mis miradas, mis besos, mis palabras, mis silencios,…


si le cortas las alas a tu amor, si le privas de la libertad, si pretendes encadenarlo a ti, no vas a conseguir mantenerlo, más bien lo contrario, obtendrás su alejamiento. El miedo a perder es normal y hay que luchar contra la desconfianza que produce. Si no sabes puedes acabar siendo tú quien provoque lo que más temes


Pasa presto el tiempo y a su lado pasa ligera la vida. A veces con el aburrimiento de cada espera se nos olvida su sentido. Otras su jubiloso discurrir paga con creces el impuesto al templo del caprichoso hado.


En el vertido de las vivencias en el foso del sentimiento se amaga la percepción que concreta nuestro estado anímico.


En la posesión de las tenencias intentamos hallar la veta que puede nutrir la paz de nuestra inquieta alma, más no calma tu andar el zapato por rico, sino por cómodo.



1 comentario:

  1. tan triste como el olvide tan verdadero como una estrella, tan tieno como un bebe, y tan malo como mentira asi es el amor lamentable existen personas que no valoran el amor hasta que lo ven perdido amemonos los unos a los otros asi seremos felices daremos paz i felicidad a los que nos rodean. ¡gracias!


    Barbara Aelajandra Rangel Gonzalez

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