Del desamor al amor: Cajón de frases, citas, pensamientos y reflexiones (5)





A veces las sentencias que pueblan nuestras teorías surgen de las experiencias vividas, o soñadas. A veces nacen de las contradicciones y a veces simplemente brotan del no siempre pautado hecho de pensar.


No dejes nunca que la tristeza se coma la jalea de tus queridos ojos. No uses la pereza como una goma que borra las corazonadas. No permitas que tus atentos sentidos queden jamás cojos. No seas atea con las inocentes creencias que con cuentos de hadas fundaron tus primeras ideas. No te alejes de los vehementes sueños que inundaron tu juventud. Escucha tus impaciencias y no cejes en tus empeños. Deja volar tu inquietud y no tengas prisa en amar. Busca siempre aquello que enternezca a tu sonrisa. No seas, por favor, otra que no se parezca a la que quieres ser.

En el candor de lo bello debes hallar tu ideal, en el portal del amor encontrarás la razón y en lo más profundo de tu corazón un hermoso mundo te estará esperando. Andando por la senda de las ilusiones, sin venda que oculte el objeto de tus más puras pasiones, darás con el tan desdeñoso secreto que la felicidad esconde. La verdad debe estar en ti, en lo que sientas.

Abandona aquellas amistades que intuyas que son malas, pues tus sentimientos tienen un coste que jamás podrán pagar.

Ante los percances no finjas cauta calma, esboza soluciones y luego las pintas con aquella elegida pauta que crees será la mejor medida.

En la tierra se dan más ánimas errantes entre los vivos que entre los muertos. Odiosa verdad, una realidad que espanta pero que nadie me ha negado.

Andando al son de un sentimiento debes sentirte emocionada: cual princesa, cual cantora, cual flor que se abre el amor siempre estrena una ilusión.

Si lo que lees acrecienta tus penas olvídalo. Aquel pensamiento que aleja lo que se espera debes también ahuyentar. Si el nexo entre tu reflexión y tu ilusión no revienta la esperanza se merecerá una alabanza. Si en la calma de lo vivido y lo que vives se halla la paz, si en el equilibrio entre lo dado y lo recibido encuentras un sobrio bienestar, si en la animada expectativa de lo que te aguarda no falla tu intuición, entonces haz lo que debes: no busques en la lectura y sigue dejando que tu vida te invite a vivir.

Vivir viviendo es vivir muriendo cuando uno ha vivido, aunque sea solo en sueños, la vida en un vivir amando. Vivir amando nunca podrá ser sinónimo de vivir queriendo. El vivir amando que tu me has invitado, aunque sea sin saberlo, a descubrir te puede regalar una vida en un solo instante, con una caricia, en un beso, en un “soy tuya” que se murmura velozmente pero que acaba sintiéndose eternamente, en la profundidad de una mirada que puede llegar a reflejar la intimidad de dos personas como si en verdad fueran una sola,... El vivir amándote que yo anhelo haría de mi mundo un maravilloso paraíso, daría más sentido a un sólo día que a la suma de todas y cada una de aquellas existencias que se limitan a existir. Y es eso, tan sólo eso, lo que yo quiero. Solo quiero, ¿o quizás es mucho? No, yo creo que más bien seria todo, aquel todo que puede llegar a completar a una persona hasta tal punto que al no necesitar más todo lo tiene, que al no desear más a todo llega, que al no pedir más todo le satisface. ¿Acabo, quizás, de definir la felicidad?

Dicen que el amor lo puede todo y yo me pregunto: ¿Si no lo tenemos todo es que no tenemos amor? Claro que no tardo mucho en responderme que acabo de plantear una solemne bobería. Porque soy muy consciente que cuando amamos y nos sentimos amados de verdad ese todo que anhelamos se reduce hasta acercarse muy mucho a lo que ya tenemos.

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