Hoy voy a reintroducir un tema muy complejo: el maltrato en la pareja. En su día escribí un poema imposible, un intento de diálogo condenado entre la víctima y aquel o aquella que maltrata. Vale la pena leerlo... Comienza hablando la víctima...
¿Dónde empieza la cabeza? ¿Dónde acaba el corazón?
¿A dónde me llevas, pensamiento? ¿Cuando perdí la razón?
Viento del pasado: Dime que todo fue un cuento,
¿quizás un sueño? ¿Una apuesta sin dinero?
Te quiero, te amo... ¡Pérfido amor!
No me mientas... Estuve ciego,
a tientas busqué la gloria,
y en el umbral de la historia
tu ego, tu dolor, tu fuego...
Y la vida se cercó...
Cual mariposa prisionera,
cautiva quedó mi alma.
Y en la palma de su mano,
de la tuya, querida,
y en la vera de sus deseos,
los tuyos, claro,
quedó mi voluntad.
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