18 jun 2010

Una reflexión, nuevos pensamientos: sobre las expectativas de amor.

De nuevo un flash, más pensamientos, invitaciones a la reflexión, sobre el amor, sobre aquello que deseamos encontrar en él, sobrelas expectativas... Un fragmento del libro "En la Tierra de Nunca Quizás. La Nación de Goig." La pregunta que le hace Raimon a Teresa es simple: "¿Qué quieres?" La respuesta, aunque larga, resulta también muy sencilla...¿Tan sencilla que parece imposible? No, de verdad que no: el amor es sencillo y amar debería resultar facílisimo, los complicados me parece a mí que somos nosotros...




- ¿Te has parado nunca a pensar en qué consiste tu sueño, tu ideal de vida en pareja? ¿Qué debería significar para ti el amor de y hacia un hombre? ¿Que deseas realmente de mí, de nosotros, de ti? ¿Qué quieres?
- ¿Que qué quiero? Son tantas cosas...
- ¿Podrías expresarlo?
- Así, de sopetón, no sé. Bueno, ¿qué quiero? Quiero, quiero...

Teresa buscó con la mirada en el aire, en su entorno, como si la respuesta residiera en algo material. Luego se encontró con los ojos de su amigo y allí sí, allí estaba aquello que en verdad precisaba: la confianza, la seguridad de ser escuchada, la paz interior para responder con sinceridad...

- Quiero aceptar la oportunidad de vivir un sueño, de amarte y conocer de cerca ese mágico ser humano que intuyo vive dentro de ti …Quiero vivir la aventura de descubrir cada poro de tu piel, recorrer tus sentidos, escucharte gemir, explorar tus fantasías haciéndolas reales una a una, besar tu cuerpo lentamente y despertar oliendo a ti.. Quiero viajar mas allá de tu ternura y abrazar a ese niño que muestras en cada gesto, hacerte bajar la guardia sabiendo que de nada te sirven ya tus defensas porque estas a salvo mientras el Amor te acompañe. Quiero saber que existe en tus secretos, romper junto a ti mí máscara, revelarte mis carencias, compartir nuestro dolor del pasado y mostrar uno a uno nuestros sentimientos más profundos. Quiero romper con mis miedos, desprenderme de mis corazas, ayudarte y que me ayudes a encontrar la esperanza… Recuperar de nuevo mis anhelos, hacerte recobrar tu alegría. Quiero sentirte en casa, abrazarte cuando llegas, cuidar de ti como mereces, cantarte al oído y en privado lo mucho que esperaba recibirte dentro de mi… Compartir mi humedad y que descubras la expresión de una mujer apasionada que te Ama como eres y se siente amada como es. Quiero pasar tardes enteras escuchando tus historias, contarte y que me cuentes. Quiero que te sientas confiado al mostrarme el libro de tu vida respetando tu intimidad, aceptando lo que quieras compartir y guardando confiado aquello que necesite algo más de tiempo. Quiero apoyar mi cabeza en tu pecho y dormir mientras escucho el latido de tu corazón. Que tu mano sostenga la mía y la mía a la vez te sirva de impulso cuando necesites apoyo y firmeza. Quiero recuperar mi inocencia, perseguir mariposas por el campo, observar atardeceres rojos, contar las estrellas del cielo, bailar junto a ti sin temor a perder el paso… Recuperar los besos que para mi escondes y darte cada uno de los que guardo desde que aun siendo niña te intuía. Quiero sentir tu infinita grandeza, olvidar el tiempo que te llevo esperando, saber que por fin existes… Quiero buscarte en mis sueños y vivir nuestra maravillosa historia absorbiendo cada página de nuestro libro dorado. Quiero vivir la vida a tu lado aceptándote tal cual eres, sin pretender modificarte, ofreciéndote el espacio donde puedas descubrirte sin miedos, donde te sientas confiado y libre. Quiero aprender a Amarte como nunca nadie jamás lo haya hecho, mostrarme desnuda ante ti como soy, sin adoptar identidades nacidas desde el miedo a ser abandonada. No manipular, ni mendigar nunca más el Amor porque por fin lo he encontrado. Quiero tener el privilegio de conocerte y que me conozcas…, poder expresar nuestros sentimientos sin temor a ser dañados o cambiados, compartir nuestra orilla descubriendo un mundo nuevo. Quiero creer en ti y que tu creas en mi…, intentar darte si acuse de recibo aquello que necesites recibir, aceptando de igual manera lo que me quieras ofrecer. Quiero sanarte cuando enfermes, apoyarte cuando te sientas débil, acariciarte cuando te sientas agotado, hacerte sonreír cuando te sientas triste, compartir tus fracasos, celebrar tus alegrías..., calentarte una taza de leche cuando no puedas dormir…, contarte cuentos si necesitas ser niño otra vez. Quiero aprender a llamarte cuando te necesito, llorar junto a ti sin esconderme cuando me sienta abatida y compartir contigo mis miedos cuando no me crea capaz. Quiero hacer de la rutina una aventura distinta, un instante mágico donde poder recrear nuestros sueños. Quiero saltar a tus brazos por un impulso infantil, sin tener que reprimirlo a pesar de que estés ocupado leyendo o viendo tu programa favorito en la televisión. Quiero que me des un beso mientras esperamos a que el semáforo se ponga en verde y que me lleves a la ultima fila del cine aunque luego jamás sepamos de que trataba la película. Quiero sentir tu presencia como una bendición y nuestro encuentro como un privilegio… Quiero que siempre sepas lo mucho que te valoro y admiro. Quiero ser paciente contigo y que tú lo seas conmigo. Quiero mostrarte mi capacidad de Amar y que me muestres y compartas con tus gestos y miradas el tesoro que llevas en tu interior Quiero no dejar nunca de amarme y que tampoco dejes tú de amarte a ti mismo…, quiero que aprendamos a amarnos mutuamente sin por ello tener que sacrificar parte de nosotros mismos. Quiero que te respetes y me respetes…, quiero respetarte y respetarme… Quiero que te sientas en libertad de ser tú en todo momento, que puedas expresar libremente tu alegría o tu ira, tu luz o tu oscuridad, tu escasez y tu abundancia…, tus miedos y tu coraje.. Quiero que no dejes de ser quien ya eres…, que seas siempre aquel que he conocido. Quiero que reconozcas mis limitaciones y que no me idealices ni me coloques en un pedestal… Permíteme ser como soy, con mis errores, con mis virtudes, maquillada y sin maquillar… Quiero, quiero..., te quiero, te amo, ¿lo sabes?
- Lo sé, Teresa, y yo a ti. Me has dejado anonadado, uf, ¿y no sabías qué querías?

Cuando las miradas de dos enamorados se encuentran se produce un silencio a la vez aquieto e inquieto. La dulce ternura se mezcla con la ácida pasión y resulta difícil evitar el sorbete de un beso. Luego, a veces, cuando el tiempo o la ocasión no permiten abrir las compuertas del embalse donde la fogosidad almacena sus primeras caricias, llega el suspiro...

- ¿Qué piensas, vida? – preguntó Teresa.
- Estoy muy emocionado. ¿Sabes? En tus palabras leía una declaración de amor con todas las de la ley. Y me mirabas, la dirigías a mí. Y... – Raimon se estremeció y volvió a suspirar- Y, me dieron ganas, ardí en deseos de responder, de oficializar nuestro amor con una rotunda y muy sentida confirmación: Sí, sí, sí... Sí quiero, a todo lo dicho, a toda ti...

Teresa agarró de las manos a Raimon...

- Hasta la eternidad, ¿sí?
- Hasta el confín de los tiempos.
- ¿Te he parecido muy exigente? – Teresa rió - ¿Un poco?
- Me ha parecido precioso. Emocional, muy íntimo y personal, con argumentos muy reivindicados con su repetición, pero hermoso, muy hermoso.
- ¿Repetición?
- No es una crítica, vida. A los que somos como nosotros, a aquellos que mantenemos ese sueño de amar y ser amados intacto en Nunca Jamás nos hacen sentir como “raros”. Durante toda la vida nos exigen adaptación. Debemos adaptarnos al modus operandi de una sociedad que tiene otras prioridades, cultivar actitudes que desearíamos rechazar, inscribir valores que sentimos como ajenos. Es triste decirlo, pero ahora mismo allí de donde venimos el Amor es algo más novelesco o cinematográfico que real. La gente se está rindiendo, vendió su vida a lo establecido y se limita a perfumar los sueños, entendiéndolos como quimeras inaccesibles. ¿Y entonces? En tus demandas insistías: aceptarnos tal como somos, no pretender cambiarnos, permitir la imperfección, ... Pero, ¿no te das cuenta de que me enamoré de ti aquí en Goig? ¿Crees sinceramente que no voy a aceptar aquello que me hechiza? Conozco tus miedos, lloraste en mis hombros, me voy dando cuenta de lo difícil que resulta de entrada llevarte la contraria, ... ¿Y? Yo también soy muy tozudo cuando defiendo algo... ¿Y? ¿Quién es perfecto? ¿Quién quiere serlo? Que horror...
- Tienes razón, contigo me he mostrado tal cual soy y quiero ser...
- Luego hay otro miedo muy arraigado: el miedo al fracaso, al abandono... Lo tenemos todos, de verdad. ¿Por qué ahora sí? ¿Qué garantías da el amor? Y si repasamos el pasado descubrimos que ninguna... Y entonces la percepción es, ¿cómo te lo diría? Usaré otra vez el agua. Es como si fuéramos a entrar en una piscina para nadar juntos, para nadar la vida hasta arrugarnos. Pero, ¿cómo sabemos que el agua no se va a enturbiar? ¿Quién nos asegura que el otro no marchará tras el primer top less sexi que pase por la vereda? ¿Qué certifica que cuando nos hallemos buceando en lo más hondo no se abrirá el desagüe y nos encontraremos tirados, en un fondo desierto y lleno de algas que nos aprisionan?
- Es terrible ese miedo, ¿verdad?
- Sí, pero debe vencerse. Pues si no compartimos de verdad el agua, si no nos metemos de lleno los dos y de la mano proyectamos un baño con futuro todas las expectativas apuntarán al fracaso.


No hay comentarios:

Publicar un comentario