De camino al amor: el encuentro...

Hoy os convidaré a leer un fragmento corto de mi nuevo libro "En la Tierra de Nunca Quizás." La Nación de Goig" que ilustra de forma muy hermosa un pasaje apasionante de muchas vidas: el camino al amor, hacia el encuentro, hacia el más bello escenario donde la vida puede representarse... Una pareja que se ama decide hacer el amor por primera vez y escogen el lugar donde esa unión va a darse por fin. Y hacia allí se dirigen... Os dejo, con vuestros recuerdos y, ¿cómo no?, con Raimon y Teresa...

En apenas cinco minutos todo estaba preparado y pudo iniciarse el viaje. El viaje, el camino, la travesía..., un pasaje hacia la vida con paso consciente y decidido, con la ilusión pintada en las miradas y la esperanza latiendo en ambos corazones. En el apretarse la mano se recogía el amor y en cada parada, en cada beso, en cada abrazo, tomaban la fruta, aquel zumo de la pasión que licua el placer y lo endulza de ternura.

Durante el trayecto el paisaje y el tiempo adquirieron la esencia de circunstancial atmósfera, un manto primoroso para un mundo de palabras, gestos y sensaciones que en la percepción de cada uno se conjuraban con el sentimiento del otro para conseguir aquel entendimiento, aquella complicidad, aquella unión que convierte la pareja de dos en la unidad, en un “somos uno” que transforma la vida en nuestra vida...

El miedo, cual espíritu redimido, iba enfilando poco a poco el corredor del más allá y, al despedirse, la reja que aprisionaba ambas almas se abría, se abría... Y cuando dos almas enamoradas se sienten libres el vuelo desde y hacia el amor nos invita sin rebujos a liberar también los cuerpos. El motor, ¿cómo no?, el corazón, en una ala la pasión y en la otra la ternura, en la cabina dos pilotos, Teresa y Raimon, y en la pista de aterrizaje esperaban dos seres, dos universos ansiosos de convertirse en uno sólo: cada poro, cada sensación, cada pensamiento, cada aliento y cada suspiro, cada emoción...