Encuesta: ¿Aún crees en el amor?

¿Aún crees en el amor? Así rezaba la pregunta de mi particular encuesta. ¿Y? ¿Valoramos los resultados? ¿Por qué no?

150 personas votaron hasta que se cerró el 31 de diciembre. 66 optaron por el "Creo firmemente y siempre creeré", o sea un 44%; 21 personas pudieron sonreir con un "Quiero creer y...Uf! ¿Dónde estás?", un 14 %; 51 personas se inclinaron por un flexible "Sí, pero cada vez me cuesta más", o sea un 34%; y 12 personas se mostraron ya completamente "ateas" con el "Para nada, ya perdí la fe", un 8%.

Vaya, vaya... Y ahora, ¿cómo se digiere todo esto? Bueno, tampoco vayamos a pretender sacar grandes conclusiones... Pero si podemos establecer ni que sea anecdóticas hipótesis.

De entrada podemos separar el sí rotundo del no asumido: ahí gana el sí de forma clarísima. ¿Debemos pensar, pues, que hay más gente que cree firmemente en el amor que la que lo niega? Un 44% contra un 8% parecen dejarlo claro. Ahora bién, si sumamos los intermedios y los consideramos como "duda", entonces podemos pensar que un 48% de la gente no lo tiene nada claro. ¿Será así? Escribió François de la Rochefoucauld: "El verdadero amor es como los espíritus: todos hablan de ellos pero pocos lo han visto". Caramba con la frasecita...

¿Qué pienso yo? ¿Qué voté? ¿Lo dudáis? Nunca, nunca dejaré de creer en algo que ya sé que existe... ¿Que dicen que a veces se termina? ¿Que a veces se tuerce? ¿Que a veces resulta un engaño? Sí a todo... Pero no porqué se nos muera el árbol del jardín pensaremos que no existen los árboles. Ui, ui, ui... No, no he desviado el tema, simplemente lo llevé hacia donde quería: el amor es como un árbol que se plantó a dos bandas de la línea que separa los jardines de aquellos que quieren o pueden acogerlo. Si no tiramos la valla que separa los jardines el árbol no podrá crecer y si no recibe cuidados de ambos lados crecerá torcido y acabará muriendo... Y más cosas que podríamos añadir, ¿verdad?

Y, ¿sabéis? Creo que demasiado a menudo queremos maldecir el amor cuando deberíamos maldecir a quien no quiso o no supo correspondernos. ¿O quizás fuimos nosotros quienes no regamos suficientemente el árbol?

El amor no es una quimera, desde luego. ¿La capacidad de amar? ¿En el mundo de hoy en día? Uf, ese es otro tema que podría ser muy jugoso.

Termino con un humilde y muy romántico obsequio. Si queréis dudar del amor, adelante, pero no os encerréis nunca en la negación, nadie debería bloquear... "La fuerza del corazón"