El primero es la segunda parte de ese largo poema que algun día terminaré: PARTiÓ LA PALOMA BLANCA...
Y PRESTA LA NUBE LA ACOGE
Partió la blanca paloma...
Partió, partió...
En su pico asoma una rama de esperanza,
en sus alas una estanca súplica,
un rico mensaje sin cargo ni sello de tardanza.
En su mirada escama un largo, quizás eterno, viaje...
En sus plumas más de lo mismo:
un yerno pleito con el pasado,
espumas de ceniza de un corazón quemado,
un hado que aterriza otra vez en un paraje errado...
Partió, partió...
En su pico asoma una rama de esperanza,
en sus alas una estanca súplica,
un rico mensaje sin cargo ni sello de tardanza.
En su mirada escama un largo, quizás eterno, viaje...
En sus plumas más de lo mismo:
un yerno pleito con el pasado,
espumas de ceniza de un corazón quemado,
un hado que aterriza otra vez en un paraje errado...
Partió, partió...
La sensatez vencida, la razón hundida...
Un vuelo de preguntas lleva a la nube:
¿No estuve atento?
Las ilusiones,
Un vuelo de preguntas lleva a la nube:
¿No estuve atento?
Las ilusiones,
¿siempre acaban siendo presuntas?
¿Existe esa flor no marchita?
¿Existe el amor o sólo invita?
Partió la paloma blanca...
Partió, partió...
¿Existe esa flor no marchita?
¿Existe el amor o sólo invita?
Partió la paloma blanca...
Partió, partió...
Y presta la nube la acoge
y en su respuesta algodonada
sube su tono
de la nada al todo:
- No hay modo ni icono
que no moje lo seco,
no hay fleco
sin duda
ni vida a la que no tiente la muda…
No hay ida sin vuelta
y no suelta la lluvia mi humedad
sino la gota que me es dada.
No es rubia la faz del girasol
sino del sol un haz, un reflejo.
¿Hay rencor en la tempestad
o no es más que un viejo ocaso
de la rosada mañanera?
¿Acaso vive la flor su hermosura
o la crea con cura tu mirada?
-
Espera,
no corras,
con tu argumento, parece,
todo lo borras…
Y la duda crece, el tormento,
el no saber, la ignorancia…
¿Ser y no ser? ¿Nada ocurre?
¿No existe prestancia
ni viste verdad lo real?
-
Sí
y no… No y sí…
Vivimos porqué vivimos
pero en el vivir no vives,
tan sólo sientes que vives.
Las cosas no son como son
sino como las sientes que son,
hermosas o feas,
serán como las veas.
No preexiste un mundo como tal
ni el bien ni el mal vienen dados.
¿Triste estoy? No, triste me siento.
El hoy no es más que eso:
el mañana del ayer.
Los hados soplan como el viento:
si son nana del ciclón
o son la canción de la brisa.
La piel que cubre el crecer no es lisa,
no hay un riel que seguir,
andas y abres camino
y el pincel que bosqueja el paisaje
no está en tu sino
sino en tu forma de percibir.
Nadie debe ser paje de su existencia,
pues es
quien concibe la savia
quien luego la bebe y vive.
Sabia es la naturaleza
y
mentecata la ciencia:
nada nos ata al vivir,
nadie reza por nosotros…
Nada meza tu porvenir
pero si en tu voluntad enlazas
la verdad por conseguir
quizás entonces, quizás, la cazas…
Sólo si abrazas tus deseos
dejan de ser reos de tus miedos
para anidar en tus credos.
Creer es poder
y no será en la paciencia
donde se fecunde lo buscado
sino más bien en la creencia,
un saber que inunde lo posible
con la humedad de lo seguro,
un puro y creíble convencimiento
que no ceje en la lucha,
que aleje el tormento de la duda
y vista con lujo la pista
que nos traslada,
cual hada del influjo,
a conseguir lo ya logrado.
-
¿Ya
logrado?
¿Se puede asentar en el pasado
lo que aun no nació?
-
¿Sabes?
Cuenta la brisa
que un día le preguntó el sol
si nunca sabía hacia donde iba…
Ella respondió sin prisa:
“¿No esconde mi destino
tanto la llegada
cómo la pretensión?
Es mas fino el hilo de la nota
que el de la canción,
pero si no escribes partitura
el canto será gota seca,
un manto que cubre una portada,
hueca por la ignorancia
e impotente por la nula prestancia
que el misterio amaga.”
No hay más criterio para crecer
que la paga del pretender con el ser.
Son tantos aquellos que presumen,
que presentan su fachada
como un resumen del interior…
Pero aquello que te define
no es lo que dices
sino lo que haces.
¿Acaso paras dónde crees estar
o donde tu presencia reside?
Somos esencia, mas no por lo creído.
Pues es en lo sentido
que aras el mundo que te hospeda.
No hay otra vereda
que la que marca el sentimiento,
no, no y no…
El segundo será una canción que quizás deberíamos todos escuchar cada día...
Tú escribes tu vida. Tú creas tu mundo. Tus sentimientos son y serán siempre
tu mejor guía. Anda, corre, lucha..., sigue tus sueños. Y nunca, nunca pierdas la esperanza.
Un abrazo
Miquel
Me encontré con este pequeño rincón de casualidad y me ha encantado el contenido de tus palabras y cuanta sensibilidad hay en ellas, te sigo!
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