En la Tierra de Nunca Quizás. Libro I. La Nación de Goig. INTRODUCCIÓN (4)


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2.4. Pablo Malue, Doctor en Esperanzas: De cómo de un apoteósico incendio puede nacer un manantial…

El domingo por la mañana Teresa volvió a despertarse muy pronto. Al levantarse de la cama se sintió extraña, diferente, … Aunque le costó lo indecible…¡había dormido tan bien! Se sentía descansada, como nueva… Era una sensación… Uf, muy nueva. Había tenido un sueño muy hermoso, pero no podía recordarlo.
A las diez tenían la última ponencia. Luego un pica a pica de despedida y para la estación.
Se sentía animada y, no sabía porqué, desde que leyó el programa esa última conferencia le había llamado la atención. Llegaría pronto, se situaría en las primeras filas e intentaría estar muy atenta.

El Dr, en Pedagogía Pablo Malue era un hombre muy curtido en impartir conferencias y abrir y cerrar congresos. Aún así había estado dos años de retiro, de excedencia voluntaria. Con esta conferencia sellaba su reincorporación al Circuito…

- Buenos días. Mi nombre es Pablo Malue, soy peruano y Catedratico de Pedagogía Relacional en la Universidad Nacional de Lima. Como habrán leído en mi currículum vitae soy también autor de varios ensayos y tengo una ya larga experiencia en el campo de las ponencias en congresos y simposios internacionales. Después de un largo tiempo en stand by me dispongo ahora y aquí reincorporarme a ese mundo con una ponencia que creo les puede interesar: “A fronte praecipìtium a tergo lupi”… Bienvenidos, pues, a mi humilde charla…
Los aplausos retronaron en la sala de una forma abrumadora. Teresa se sonríó: “¿realmente aplaudían porqué parecía interesante o porqué era la última charla?

“A fronte praecipitium a tergo lupi”… Deberán perdonarme pues puse esa frase en latín creyendo que me venía muy bien para lo que quería comunicar y a la vez pues entendía que armonizaba totalmente con el lema principal del Congreso “Nosce te ipsum”. Pero no la traduje, y lo hice a propósito… ¿Y pues? ¿Qué significa? Algo muy sencillo y seguro que para muchos de los que están aquí muy familiar: “Al frente un precipicio y con los lobos a la espalda” ¿Comprenden el doble sentido? Seguro que sí… Les suena esa imagen, esa sensación, ¿verdad?
En los inicios del S.XXI la Tierra se ha visto inmersa en una crisis de identidad de muy difícil solución. Un seísmo de los principios morales ha sacudido la humanidad y la ha sometido a la más terrible esclavitud, aquella que se encadena al egocentrismo exagerado de todos y cada uno de los individuos. El narcisismo se está apoderando del mundo y lo está partiendo en millones de pedazos. En cada cachito la voluntad de un ser, sus ambiciones, sus perjuicios, su… El materialismo se está convirtiendo en dueño y señor de los sueños y los sentimientos hace tiempo que van amagándose tras la defensa de los caprichosos anhelos de los placeres mundanos.
Con tales perspectivas las sociedades se rompieron y los únicos colectivos que generan unión son aquellos que prometen beneficios individuales. El gozo del momento se ha convertido en la primera y la última ambición y en la tierra bandea un lema poderoso pero peligrosamente vacío de futuro: Carpe Diem, vive el momento, vive y consume: vivencias, bienes, ¿personas?
Las familias se rompen, una detrás de otra. Las parejas que sobreviven intactas son cada vez menos: las que no terminan separándose acababan compartiendo casa, que no vida… Y con un panorama tan oscuro, los maltratos y la violencia doméstica están en el orden de cada día en tantos hogares… Y claro, cada vez se dan más huérfanos, si no de cariño, sí de identidad y sostén. Tantos hijos crecen, así, con modelos contaminados que quieran o no van a reproducir…
Nunca en la Historia se construyó el bienestar en tiempos de conflictos y confrontaciones. En un Estado de Derecho podría triunfar el bien común, ¿Qué demonios triunfará en un Estado de Consumo? ¿Quizás el Poder? Vamos, ¿quién si no? El fuerte, el rico, el poderoso… ¡Quien pisa más fuerte salta más lejos!
En una Tierra donde priman los intereses puntuales, locales o incluso individuales, en un mundo donde el pasado se mete en la lavadora y el futuro en el congelador, ¿qué puede ocurrir con lo ajeno, con lo que se percibe lejano? ¿Qué acontece con todo aquello que parece no ser útil? Se obvia… ¿Que allí existe aun la esclavitud? ¿Allí? ¡Ah! ¿Que allá se están ejecutando miles de personas en una limpieza étnica disfrazada de guerra civil? ¿Allá? ¡Ah! ¿ Que cada día se mueren de hambre miles de niños y…? ¿Dónde? ¿Dónde? Acuyá… ¿Ah!
En este orden de las cosas, ¿Quién va a preocuparse real y efectivamente de la naturaleza? El campesino, claro… ¿Alguien más? Mucha gente, seguro… Perdónenme… Pero si la pregunta va dirigida únicamente a los que tienen el poder de decidir… ¡Aaaah! ¿Entonces? …Nadie…¿Y? Ya saben: Contaminación, especies en extinción, cambios climáticos, …, un caos…
Y claro… ¿Solidaridad? Con el estómago, por no decir más órganos… ¿Convivencia? Seguro, y buena, con todos aquellos que sirvan… ¿Lealtad? Con la cartera y el buen vivir… la propia, sí o sí…y el propio…¿Confianza? La que las mentiras deben exigir… ¿Amistad? ¿Algo que ofrecer? ¿Amor? Venga ya…
Parecerán argumentos exagerados y seguramente y precisamente más para aquellos que se identifican con esa dinámica y son y se sienten partícipes de ella. Pero no para los que luchan con todas sus ansias para extraerse de la corriente. Para ellos la realidad es tan asfixiante que los inmoviliza. ¿Cómo soñar en un mundo dónde si no vas con los ojos bien abiertos te roban hasta la ropa interior? ¿Cómo se puede intentar construir un hogar en una tierra donde las casas son simples excusas para gastar en más y más utensilios superficiales comprados en un gran almacén de moda? ¿Como vivir cuando la vida te empuja simplemente a sobrevivir?
“A fronte praecipìtium a tergo lupi”… ¿No es eso lo que sienten?
En las escuelas, en los institutos, en las universidades… Incluso en la Educación se están perdiendo los papeles: se ha pasado de procurar educar para la vida, con todas sus facetas, a instruir exclusivamente para ser competitivos. El éxito educativo ya no se mide por el empuje adquirido, la voluntad de superación y las capacidades desarrolladas para encarar nuevos retos. Hace mucho que los políticos, con la connivencia de todos los estamentos educativos, barajan tablas de contenidos… Contenidos culturales, intelectuales, idiomáticos, tecnológicos, … Nadie se está preguntando algo muy lógico: ¿de que sirve un contenido si no has preparado el continente para hacerlo rentable?
Pobres chavales… Pobres niños y niñas… Y aun el mal sería menor si las familias hubieran comprendido que sus hijos precisan de muchas cosas que no tienen nada que ver con la preparación académica… A muchos los sacan del colegio para encerrarlos en centros alternativos: informática, más idiomas, artes marciales… Luego a casa y a hacer deberes… ¡Viva la infancia! Pero claro, los padres podrán presumir en el trabajo, con los amigos: “Pues mi hija de seis años ha empezado a estudiar el chino”; “Pues a mi bebito, con un año, le muestras 10 cartas con fotos de músicos y le preguntas cual es Mozart y lo acierta”; “Pues…”
Juventud, divino tesoro… La adolescencia, santo caudal de la impaciencia… Los sectores más jóvenes de la población, aquellos que se supone deben coinstruir… ¿un mundo mejor?, renegaron hacía mucho de la tradicional rebeldía. Pasan muy mucho de ir contra ningún sistema… A vivir, que son dos días… Por pasar pasan de todo, hasta de usar palabras o frases con sentido para escribirse: “k ice Juan k tas tope Xuli” Y parecía que con dos años ya sabían hablar…
Sí, no se rían… ¿Saben? Cuándo venía con el taxi del aeropuerto al hotel sonaba una canción por la radio… Era… de otra galaxia… Extrañado le pregunté al taxista que significaba aquello… “Nada, un rap de esos que escucha la juventud de hoy…” Me contó que los que interpretaban era un grupo muy popular. Se hacen llamar “Violadores del verso”. Anoche entre en google y los busqué, busqué sus letras… Estuve cinco minutos, no más… No hubiera aguantado.. Pero sí hice algo: escogí al azar y copié un fragmento de una canción. Se la voy a leer…

Descansa en paz, yo te incinero.
Tus restos al water o a un cenicero.
Salta a la hoguera y pide un deseo.
Deseo tu muerte casi tanto como la mía pero ve tu primero.
Y luego cuéntame que ropa me llevo,
un chándal o un vaquero, lo más cómodo es ir en cueros.
Te invito a un crucero por mi mar muerto.
Allí se flota y ensayo lo de ser un cadáver en el puerto.
Lágrimas de lava resbalan por esta nariz de Cirano.
El fuego es mi hermano y protege a este santo.
Te follo y saltan chispas al lado del butano.
yo juego con fuego y no me meo y en tí me cago.


En la sala había un silencio sepulcral. Teresa escuchaba, con los ojos muy abiertos. Ese Pablo la tenía fascinada…

-¿A dónde hemos llegado? ¿A dónde nos han llevado? Dios, estamos perdidos… ¿Estamos perdidos?
Percibo mucha atención en la sala… ¿Tensión? ¿Emoción, quizás? Aun viniendo de mundos distintos, ustedes y yo hablamos la misma lengua, ¿verdad?
El mundo interior de quienes soñamos con la vida, de quienes anhelamos sentir que la vida transcurre en un camino efectivo y afectivo hacia los sueños, …, nuestro mundo interior se ahoga cada vez que quiere mostrarse, cada vez que necesita volar, cada vez… Existe un choque brutal entre nuestras ansiosas almas y ese exterior agresivo, yo diría que ferozmente agresivo. Los lobos, “…a tergo lupi” ¿comprenden? A la espalda, sí, y a los lados y, si nos descuidamos, en frente…

Otra vez un largo silencio… Ese hombre era un gran comunicador y sabía justamente cuando debía provocarlos… Teresa estaba conmovida, aun intentándolo no pudo evitar que unas lágrimas silenciosas empezaran a brotar… “¿Cómo había podido ese hombre situar el hilo de la conferencia en el punto justo dónde se encontraba el hilo de su vida?” Teresa se giró y observó a Pilar, sentada a su lado. Estaba igual… Luego miró hacia otros lados y confirmó lo que sospechaba: Pablo había emocionado a toda la sala…

-Pero en frente no hay lobos, ¿verdad? “A fronte praecipitium”… En frente hay un precipicio, un abismo hondo y oscuro, una caída a lo desconocido… “Dios, dame alas o quítame los deseos de volar”, ¿les suena también?
No se sientan mal, por favor. He conocido hombres y mujeres importantísimos en carácter, personalidad, inteligencia y calidad humana que sintieron pavor cuando debieron dar un cambio de sentido importante a sus vidas. Ese miedo a saltar es normal, muy normal… Yo también lo sufrí, no se imaginan cuanto…
Y ahora me preguntarían: “¿Pero saltó? ¿Pero, voló?” Oigan, algo debe quedarles muy claro desde ya: estamos usando metáforas, símiles, nadie va a saltar al vacío, nadie necesita alas y, por dios, nadie va a enseñarles a volar.
Hablamos de un cambio de rumbo, de una elección interior de prioridades, de un viaje a los orígenes para regresar justamente con aquello que nos va a permitir ser quienes deseamos ser, estar dónde anhelamos estar e ir en la dirección que nos marca de verdad nuestro Yo interno…

Otro silencio provocado… Teresa estaba admirada: si hasta estaba usando palabras suyas, parecía que ese Doctor hubiera estado en su pensamiento…

¿Saben? Yo tardé mucho en comprenderlo… Tanto como años… Pero al final me di cuenta que ni el destino, ni el futuro, ni la suerte, ni… Nada ni nadie iba a llevarme allí donde quería estar. Era yo, yo debía partir… Y superé mis miedos cuando entendí que aquello que toda la vida quisieron venderme era falso: “Vive con los pies en el suelo, engánchate a él pues esa tierra dónde crees que los sueños te aguardan es la Tierra de Nunca Jamás…”

Pablo estaba conmovido, se le notaba en la voz, en el rostro… Por unos instantes interrumpió el discurso y bebió agua… La moderadora, Montse, se le acercó y le preguntó si se encontraba bien…

-Perfectamente, gracias… Perdonen, fueron tiempos muy difíciles para mí… Bien, les contaba… Sí, ese invento es una gran verdad y al mismo tiempo una enorme falacia: la Tierra de Nunca Jamás existe, sí, pero no precisamente en los sueños… En ese mundo no vivíamos los soñadores, no vivimos, allí residen e instalan su hogar aquellos que se rinden a realidades extrañas, aquellos que aceptan vivir vidas no queridas, vidas no vividas, aquellos que traicionan al amor creyendo que no existe, aquellos que pisan la hierba de la superación impidiendo que crezca, aquellos que tallan el árbol de la ilusión creyendo que sólo les va a dar sombra, aquellos que… Aquellos que NUNCA JAMÁS serán otra cosa que supervivientes…
¿Saben? Cuando comprendí eso entendí lo que significaba esos “lobos”: una muerte en vida, una pesada losa imposible de mover… Y entonces lo vi claro: el precipicio no era tal, yo ya estaba en ese fondo… No debía saltar, no iba a caer,… Iba a escalar, a subir…

Y marché… Marché, me dejé llevar, me dejé guiar… Y encontré mi paraíso, mi cielo particular, …, me encontré… Y…
Y… Nunca pensé que un hombre podía sentirse tan completo, tan entero… Nunca imaginé que la felicidad podía llegar a ser un estado tan fácilmente asumible… Nunca creí que podía ser tan capaz, de tantas cosas…

Pablo levantó la cabeza y, mirando a los asistentes, se dejó ver… En sus ojos había un brillo tan especial… Y su sonrisa, era tan ancha, tan libre, tan…
El turno de ruegos y preguntas no se había abierto aun, pero Teresa no pudo esperar…

- Ha dicho que… ¿marchó? ¿Marchó? ¿A dónde?
- Quieren saberlo, claro… Y creo que merecen saberlo. No sé si estarán preparados, algunos sí, otros no… Pero ahora ya no puedo negarles esa información…
Marché a la Tierra de Nunca Quizás, concretamente a la Nación de Goig…

Un murmullo generalizado inundó la sala. Aquello que acababa de decir el conferenciante era demasiado inesperado…

-Silencio, por favor- Montse pedía orden mientras miraba a Pablo con ojos muy sorprendidos…
-Doy fe que esta Tierra existe. Yo he estado allí. No les puedo contar ni dónde está ni como es. Eso sólo se puede descubrir viajando. Pero sí estoy autorizado para decirles como llegar allí. ¿Les interesa?

Una repetición de afirmaciones y ruegos rompió otra vez el silencio.

-A quienes quieran ir les espero de aquí una semana, en la estación de Atocha, andén 29… De allí partirá el tren de medianoche que conduce a Goig.

Otra vez espontáneas exclamaciones, apresuradas preguntas… Alguien de la primera fila preguntó:

-¿Y qué cuesta el billete?
-¿Qué cuesta? Bastante más de lo que piensa usted: vencer el miedo, creer en sí mismo y tener fe, sobretodo, tener fe…

A partir de aquí se acabó la ponencia. Ya fue imposible seguir… Se montó una hilera increíble de gente que quería hablar con Pablo, pero él cogió el micrófono y la disolvió… ¡No iba a explicar nada más! “Fe”, fue lo único que repitió…
Teresa se quedó sentada más de media hora. Esperaba… No sabía… Cuando Pablo se levantó para marchar ella hizo lo mismo… Sus andares iban a cruzarse y Teresa miró a Pablo fijamente a los ojos y se quedó parada… Sin necesidad de palabras él comprendió lo que necesitaba y abrió los brazos. Cuando la tuvo delante la abrazó, sin decir nada, simplemente la abrazó de verdad. Entonces ella lo supo: ¡podía confiar en Pablo!

CONTINUA

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